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De La Habana para el mundo


La Habana desde el ferri proveniente de la Isla de Regla

Hace unas semana un cantautor cubano con ínfulas de guru, fue condenado a prisión por un tribunal de La Habana, al comprobarse que había abusado sexualmente de varias mujeres.


Además de la condena y el encarcelamiento del agresor, la noticia en sí es poco novedosa ya que las agresiones sexuales son bastante corrientes:


"Las estimaciones mundiales publicadas por la OMS indican que alrededor de una de cada tres mujeres en el mundo (30%), han sufrido violencia física y/o sexual por su pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida".1


Sin embargo este caso si es excepcional porque es la primera vez que un hombre que se auto proclamaba revolucionario, y que hacía parte de importante gremios cubanos, como el de los músicos y escritores, es juzgado y puesto efectivamente en prisión por abusos sexuales.


El hecho, que sorprendió a la isla hace algunas semanas, es conocido como el primer Mee Too cubano.


A la gente en Cuba le da la impresion de que las cosas de fuera o no llegan, o llegan tarde, como el famoso #MeeToo.

Tarana Burke 19thnews.org

Pero en realidad no están tan aislados como creen, sobre todo en asuntos relacionados con los derechos de las mujeres.


Porque aunque pueda parecer increible, solo hace 6 años, en 2017, la actriz Allisa Milano hizo viral el hashtag #MeToo 2, para denunciar las agresiones sexuales y el trato misógino de un reconocido productor de cine Norte Americano.


Este simple acto de denuncia, juzgado por algunos como oportunismo de niña rica norteamericana, no solo dio sorprendentes resultados, sino que empezó a ser replicado por mujeres de diferentes condiciones sociales, en todas partes del mundo, a través de internet u otros medios de comunicación.


Lo ocurrido en La Habana se hizo público en 2021, cuando 5 mujeres denunciaron al cantautor Fernando Bécquer por agresion sexual en la revista El Estornudo, publicacion crítica con el gobierno, catalogada de contrarevolucionaria.


Centro Habana desde una terraza . Enero 2023

Los hechos sucedían en el popular barrio Centro Habana (entre La Habana Vieja y El Vedado, Antonio barrio de los norte americanos), a donde el cantautor llevaba a sus víctimas sirviéndose de sus tonadillas y de sus supuestos conocimientos espirituales, para abusar de ellas.


El iluminado coplista se defendió de las acusaciones con la simplona frase de "yo no creo en nada, yo creo en la revolución"3


Amparado por algunos colegas y ante la discreta reacción suscitada en el gobierno, Bécquer pudo llegar a pensar que las cosas serian como siempre y que el asunto no iba a pasar a mayores.


Sin embargo, ante nuevas denuncias, el 18 de octubre del año pasado, Bécquer fue llevado a juicio y condenado por abusos lascivos a 5 años de libertad reducida; y aunque la sentencia no fuera mas que un formalismo, ya que permitía eludir la carcel y continuar una vida normal, no dejaba de ser un gran logro.


Pero las mujeres ya no se transan tan fácilmente, y la ridícula sentencia fue duramente criticada.


Por su parte Bécquer continuo una vida discreta por unos días, pero acostumbrado como estaba a sus privilegios de hombre vocero de la revolución, pronto empezó a mofárse en sus redes sociales de las mujeres en general: “Yo quiero una feminista, pa calentarle la pista, pa revolcarme en su monte, pa que me grite machista”.


Y sobre todo de las mujeres que lo habían denuciado: “Que si el acoso, que si el abuso, que si un con fuerza, que si el ultraje, tranquila mama tranquila, menéate con el negrón”.4


Solo hasta ese momento entidades oficiales como La Federación de Mujeres Cubanas, FMC5 o El Instituto Cubano de Música, empezaron a emitir comunicados de rechazo y repudió. Y un par de días más tarde el Tribunal de Centro Habana se veía obligado a cambiar la sentencia de limitación de libertad, por una orden de ingreso inmediato en prisión por tres años y cuatro meses.


Así que después de años de silencios cómplices y de impunidad, el trovador no tuvo la capacidad de ver que ni el mundo, ni la revolución erán lo que habían sido.


Es importante dejar claro que Becquer no es para nada un monstruo o una anomalía de nuestra sociedad. Es un hombre común y corriente que se cree con ese derecho y porque además se sentia amparado por unas estructuras de poder en la cuales todos sabían y todos callaban.


Y si hay hombres, quiero pensar que cada vez son menos, que creen que tienen derecho sobre el cuerpo de las mujeres, es porque la sociedad de alguna manera les ha otorgado ese derecho.


Hasta hace muy poco tiempo, este era un comportamiento aceptado como algo natural, normal en jefes, entrenadores, profesores y curas, así como en otros hombres con algún tipo de poder.


Sin importar el sistema político bajo el cual vivamos, las estructuras de poder siguen siendo exactamente las mismas. Y si los cimientos de la sociedad sigue siendo la desigualdad entre sus miembros, nada ha cambiado, ni va a cambiar.


Este es su vez un buen ejemplo de cómo no se puede transformar ninguna sociedad o ser críticos con una sociedad, sin cuestionar y transformar nuestras enraizadas estructuras patriarcales.


Gracias a Fernanda, Alfred y Eco


NOTAS


1. Union Nations Women. Global Database on Violence against Women.


2. El movimiento Me Too (que se traduce como "Yo también"), iniciado en 2006 por la activista Norteméricana Tarana Burke en las redes sociales, para poner en evidencia la omnipresencia del abuso y la agresión sexual en la sociedad.



Sin embargo adquirió fuerza y se hizo internacional a partir del uso que hizó Alisa Millano en el caso de Harvey Weinstein.




5. Federación de Mujeres Cubanas FMC https://www.facebook.com/FMCdeCuba/?locale=es_LA



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